“Palmitas, la parte central” del corregimiento más rural de Medellín, y su importancia histórica como centralidad. No fue la primera, y tampoco ha sido la última. Pero vale la pena preguntarse ¿cómo los desarrollos viales han modificado continuamente las dinámicas de centralidad y servicios para la comunidad Palmiteña?
Fue interesante transitar los tejados de este pesebre, como le dicen algunas personas, al visualizarlo y quizá reconocerlo desde la autopista al mar 1, que como otras obras de infraestructura vial ha modificado el desarrollo y las dinámicas de progreso del corregimiento. Andando, encontré muchas conversaciones, sensatas unas y otras envidiosas, propias de un pueblito de buenas y bastantes palabras entre parientes.
Si se piensa que el desarrollo es la infraestructura, aún con falencias, esta vereda tiene la mayor cantidad de posibles servicios para la comunidad, sin decir, que al tener los espacios, dichos servicios si lleguen a la gente, pues en su mayoría quienes ejercen las funciones públicas, carecen de intenciones de ayudar a la población, más bien, actúan bajo un régimen de mediocridades y corrupción (que todos critican y pocos sostienen).
Pero eso es tema para uno de los programas sonoros, acá nos centraremos en la supuesta ventaja de ser la centralidad del corregimiento San Sebastián de Palmitas, que por cierto, inició en la vereda La Aldea, y con la construcción de la vía al mar (hacia Urabá) por allá en los 1940 y algo, ha impactado en la economía y la dinámica territorial de Palmitas, que durante un tiempo fue epicentro de reuniones, jolgorios y festines, con sus posadas campesinas, trapiches paneleros y sus caminos -y vías- tan determinantes para la historia y consolidación de este corregimiento. Es así, que con la llegada de las 4G al país, o al menos el concepto de campaña, nos atravesaron una vía que nos traería “desarrollo” y depende de dónde se mire, porque ese tal desarrollo nos aisló más, nos destruyó montañas y ecosistemas, nos puso puentes sobre casas de más de 100 años, dividiendo el pueblo, las costumbres y la gente, en la dinámica capitalista del modernismo.
Ya hasta tenemos un D1… pero eso corresponde a otra vereda.
“Barro ancestral, alma del pueblo que late, Tierra que me abraza”
BRIMELDA
Es entonces que Palmitas, cuenta con el centro de salud, la cancha polideportiva, un parque -muy pequeño-, dos secciones de la institución educativa, una subestación de policía, una casa del abuelo que nunca hicieron, una comisaría en un terreno inestable (y por ende sin servicio) y la grandiosa casa de gobierno, que sirve para todo menos para ser un canal de apoyo para la comunidad… y también, tenemos una sede social, un telecentro y varios sitios de comercio y concentración del chisme, surtidor de historias e inventos de los y las locales. Dotados estamos, dirían muchos, pero tan lejano ese desarrollo a las necesidades, prácticas e intereses de los habitantes de la centralidad.
Las personas, se sueñan que siga siendo un territorio tranquilo, aunque no se sorprenden en la idea de que estará más poblado y con “más gente rara” que pasará en sus camionetas divisando las memorias del hogar, de la tienda, de la cantina y del personaje Palmiteño, que ya viene perdiéndose en lo cotidiano, y encontrándose en los tik tok de uno que otro que con estupideces va sintiéndose famoso.
Aún así, a la centralidad hacen ir a todo el mundo a hacer vueltas, sea para la infinita inscripción en el mejoramiento de vivienda o para reclamar los bonos alimentarios, con los que ha campañas que han hecho los “líderes” que fueron elegidos por menos del 10% de las personas con posibilidad de votar. Pero así es la vida, y el y la campesina les toca pagar un pasaje carísimo del transporte local (mototaxis) para que le digan que no puede inscribirse, o para que alguna funcionaria le pida un pollo y poderle ayudar…
Y si hablamos de los servicios de salud en Palmitas, tendríamos que preguntarnos ¿cómo llegan los adultos mayores -que son quienes más acuden a estos servicios- al centro de salud, que en su acceso tiene más de 40 escalas? Porque acá el desarrollo no se ha pensado para la gente, se ha pensado para la foto y la campaña, con muchos “dotores” que perpetúan el poder de las líneas de corrupción, como la salud y la educación. Por eso algunos ediles, ni siquiera van a sesionar… como en el congreso.
¿Es Palmitas aún la centralidad del corregimiento rural de Medellín?
Reflexionemos entonces sobre las implicaciones de realidades y los posibles cambios para el futuro de la centralidad y del corregimiento como tal.
#SoyRural #ColombiaRural #SomosRED #EntreMontañas
Copyright © 2024 – Create by Juancho Suárez
Para brindar las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como cookies para almacenar y/o acceder a información del dispositivo. Dar su consentimiento a estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o identificaciones únicas en este sitio. No dar o retirar el consentimiento puede afectar negativamente a determinadas características y funciones.